Descubrimiento
de Chile
En su intento por llegar a
las Indias, Hernando de Magallanes, también conocido como Fernando de
Magallanes, descubrió para España las costas de la Patagonia y de la Tierra del
Fuego, y también navegó las aguas del estrecho que luego recibiría su nombre:
Magallanes.
En el invierno de 1520, los
hombres bajo el mando de Magallanes tomaron contacto con los tehuelches, que
llamaron la atención de los españoles por su elevada estatura, su vestimenta de
piel de guanaco y su apariencia desgreñada. Fueron considerados como gigantes y
bautizados como patagones, supuestamente a causa de las enormes huellas que
dejaban sus pies forrados en pieles de guanaco. La región que habitaban fue
nombrada Patagonia.
En su paso por el estrecho,
divisaron muchas fogatas hacia el sur durante la noche, por lo que dieron a esa
zona el nombre de Tierra del Fuego.
Mientras algunas naves de la
expedición exploraban el brazo de mar que se abría hacia el sur, Magallanes
avanzó hacia el noroeste y tomó posesión de la tierra en nombre del rey de
España, en el puerto de las Sardinas, conocido hoy como Bahía Fortescue. A su
salida del estrecho, el océano no presentaba tempestades tan frecuentes, por lo
que Magallanes rebautizó el Mar del Sur de Balboa como océano Pacífico.
Magallanes y sus hombres
fueron los primeros europeos en llegar a lo que actualmente es Chile y fue el
que "abrió" las rutas marítimas entre el océano atlántico y el océano
pacifico.
Los Preparativos
Almagro inició los
preparativos de su expedición a Chile con buenos auspicios. Le llegaron
noticias de los incas de que la región al sur del Cuzco estaba poblada de oro,
por lo que juntó fácilmente 500 españoles para la expedición, muchos de los
cuales lo habían acompañado al Perú. Iban también en la expedición unos 100
esclavos negros y unos 1500 peruanos yanaconas para el transporte de las armas,
ropas, víveres.
Las noticias que les
llegaban de Chile eran absolutamente falsas, pues los incas planeaban una
rebelión contra sus dominadores y deseaban que aquel grupo tan numeroso de
españoles se alejara de Perú, sabiendo que al sur solo encontrarian indígenas
hostiles. Para convencerlos, Almagro le pidió al Inca (rey del imperio) que les
preparara el camino junto a tres soldados españoles, el Inca les entregó el más
alto jefe religioso del imperio llamado Manco, el Villac-Umu, también a su
propio hermano llamado Pablo Inga, y su propia compañía.
Encomendó a Juan de Saavedra
que se adelantase con una columna de 100 soldados para que, a la distancia de
unas 130 leguas, fundase un pueblo y lo esperase con los alimentos e indios de
relevo que pudiera reunir en aquellas comarcas.
[editar]Por el camino del
Inca
"Expedición de Almagro
a Chile", pintura de Fray Pedro Subercaseaux.
Almagro salió del Cuzco el 3
de julio de 1535 con 50 hombres y se detuvo en Moina hasta el 20 de ese mes,
detenido por el inesperado arresto del Inca Manco Cápac II (jefe religioso del
imperio) por Juan Pizarro, acción que le dio problemas.
Dejada atrás Moina, Almagro
se encaminó por el camino del Inca, con los 50 hombres de que consistía su
columna. Recorrieron el área occidental del lago Titicaca, cruzaron el río
Desaguadero y se encontró con Saavedra en un poblado llamado Paria, en que
logró reunir a 50 españoles más, que pertenecían al grupo del capitán Gabriel
de Rojas, y que decidieron abandonar a su jefe y dirigirse a Chile, se reunió
un total de 150 hombres. Permanecieron cerca del lago Augallas todo agosto, en
espera del derretimiento de las nieves de la cordillera de los Andes.
Pasado este contratiempo, se
dirigieron a Tupiza, donde se encontraron con Pablo Inga y el Villac-Umu, que
tenían recolectado oro de los tributos de la región, y con los tres españoles
que los acompañaron. Estos tres españoles mientras esperaban a Almagro se
habían dedicado al pillaje y asaltaron una caravana que supuestamente provenía
de Chile con oro, el cual le fue mostrado a Almagro. Esto renovó los bríos de
los expedicionarios haciéndoles olvidar los padecimientos de la marcha. Aquí
Almagro realizó una nueva pausa de dos meses en la expedición, esperando que
llegasen las tropas. Sin embargo le inquietó una nueva noticia; había arribado
a Perú el obispo de Panamá, fray Tomás de Berlanga, que llevaba poderes para
dirimir el conflicto de límites entre los conquistadores. Los amigos de Almagro
le solicitaron que volviese para defender mejor su causa, pero el adelantado
quería ir por la riqueza chilena, por lo que siguió adelante. Otro contratiempo
se presentó cuando el Villac-Umu se escapó de la expedición con todos los
porteadores y volvió al norte. Pero Almagro y sus hombres siguieron adelante,
ya que aún contaban con Pablo Inga. Los españoles tuvieron que tomar
porteadores a la fuerza para poder transportar los avituallamientos, esto causó
más de un conflicto con los naturales. Incluso hasta el mismo Almagro estuvo a
punto de perecer a manos de un indígena que lanzó una flecha y erró dándole al
caballo, que cayó encima de Almagro y le causó serias heridas.
Con más dificultades,
incluyendo la pérdida de bagaje en manos indígenas, los españoles llegaron
finalmente al norte de Salta, en la antigua Chicoana (en los valles
Calchaquíes, no la actual Chicoana en el valle de Lerma), el último paso antes
de atravesar los Andes. Ya los deshielos habían comenzado y encontraron crecido
al río Guachipas y hubo de ser atravesado a pie todo un día con la pérdida de
llamas, y la deserción de los porteadores quienes aprovecharon la coyuntura
para huir.
[editar]El cruce de los
Andes
Los españoles más algunos
yanaconas comenzaron a transmontar las primeras alturas de la cordillera de los
Andes.
En su avance por la
cordillera, los expedicionarios sufrieron muchas penalidades, ya que caminaban
agotados por el frío, el congelamiento de sus manos y pies, y por la dificultad
de un suelo lleno de guijarros pequeños, de bordes afilados, que les destruían
las suelas de los zapatos y las herraduras a los caballos. El gélido clima de
la cordillera mató a gran parte de los indios yanaconas que empezaron a dejar
en la ruta como un sendero de muerte, pues no tenían la ropa adecuada y andaban
a pie desnudo, y a varios los españoles, cuando se quitaban las botas, se les
caían los congelados dedos de los pies.
La tradición dice que fue
por el hoy llamado Paso de San Francisco por donde Almagro realizó su triste
travesía.
Las penurias aumentaron al
internarse por ese paisaje helado, inhóspito y silencioso, llegando incluso a
detener el avance por falta de ánimos. El conquistador, preocupado por la
suerte de sus hombres, encabezó junto a otros veinte jinetes un grupo de
avanzada, que atravesó la cordillera y después de cabalgar tres días enteros,
llegaron al valle de Copiapó (en ese entonces Copayapu), recogiendo los víveres
que le suministraron los indígenas que envió de inmediato para socorro de sus
hombres.
[editar]Reconocimiento del
territorio
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